"La silla del águila" de Carlos Fuentes QPD

"La silla del águila" de Carlos Fuentes (leer completo)







“Hemos vivido con los ojos pelones sin saber qué hacer con
la democracia. De los aztecas al PRI, con esa pelota nunca
hemos jugado aquí”
"Te ponen en el pecho la banda tricolor, te sientas en la
Silla del Águila y ¡Vámonos! Es como si te hubieras subido a la
montaña rusa, te sueltan...y haces una mueca que se vuelve
tú máscara.
La Silla del Águila, es nada más y nada menos que un asiento
en la montaña rusa que llamamos La República Mexicana."






A los compañeros de la Generación “Medio Siglo” 
Facultad de Derecho de la UNAM 
La esperanza de un México mejor… 






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María del Rosario Galván a Nicolás Valdivia
Vas a pensar mal de mí. Dirás que soy una mujer caprichosa. Y tendrás razón. Pero, ¿quién iba a imaginar que de la noche a la mañana las cosas cambiarían tan radicalmente? Ayer,
al conocerte, te dije que en política no hay que dejar nada por
escrito. Hoy, no tengo otra manera de comunicarme contigo.
Eso te dará una idea de la urgencia de la situación...
Me dirás que tu interés en mí –el interés que me mostraste
tan pronto nos miramos en la antesala del secretario de Gobernación– no es político. Es amoroso, es atracción física, incluso
es simpatía humana pura y simple. Debes saber cuanto antes,
Nicolás querido, que para mí todo es política, incluso el sexo.
Puede chocarte esta voracidad profesional. No hay remedio.
Tengo cuarenta y cinco años y desde los veintidós he organizado mi vida con un solo propósito: ser política, hacer política,
comer política, soñar política, gozar y sufrir política. Es mi naturaleza. Es mi vocación. No creas que por eso dejo de lado mi
gusto femenino, mi placer sexual, mi deseo de acostarme con
un hombre joven y bello –como tú...
Simplemente, considero que la política es la actuación pública de pasiones privadas. Incluyendo, sobre todo, acaso, la pasión amorosa. Pero las pasiones son formas arbitrarias de la
conducta y la política es una disciplina. Amamos con la máxima
libertad que nos es concedida  por un universo multitudinario,
incierto, azaroso y necesario a la vez, a la caza del poder, compitiendo por una parcela de autoridad.
¿Crees que es igual en amor? Te equivocas. El amor posee
una fuerza sin límites que se llama la imaginación. Encarcelado
en el castillo de Ulúa, sigues  teniendo la libertad del deseo,
eres dueño de tu imaginación erótica. En cambio, ¡qué poco te
sirve en ......





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