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Diles que no me maten

¡Diles que no me maten! Juan Rulfo -¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad. -No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti. -Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios. -No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver allá. -Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues. -No. No tengo ganas de eso, yo soy tu hijo. Y si voy mucho con ellos, acabarán por saber quién soy y les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las cosas de este tamaño. -Anda, Justino. Diles que tengan tantita lástima de mí. Nomás eso diles. Justino apretó los dientes y movió la cabeza diciendo:

La muñeca negra

La muñeca negra de José Martí De puntillas, de puntillas, para no despertar a Piedad, entran en el cuarto de dormir el padre y la madre. Vienen riéndose, como dos muchachones. Vienen de la mano, como dos muchachos. El padre viene detrás, como si fuera a tropezar con todo. La madre no tropieza; porque conoce el camino. ¡Trabaja mucho el padre, para comprar todo lo de la casa, y no puede ver a su hija cuando quiere! A veces, allá en el trabajo, se ríe solo, o se pone de repente como triste, o se le ve en la cara como una luz: y es que está pensando en su hija: se le cae la pluma de la mano cuando piensa así, pero en seguida empieza a escribir, y escribe tan de prisa, tan de prisa, que es como si la pluma fuera volando. Y le hace muchos rasgos a la letra, y las oes le salen grandes como un sol, y las ges largas como un sable, y las eles están debajo de la línea, como si se fueran a clavar en el papel, y las eses caen al fin de la palabra, como una hoja de palma; ¡tiene que ver lo que e

Los amores de Bentos Sagrera

LOS AMORES DE BENTOS SAGRERA de JAVIER DE VIANA [1868-1926] Cuando Bentos Sagrera oyó ladrar los perros, dejó el mate en el suelo, apoyando la bombilla en el asa de la caldera, se puso de pie y salió del comedor apurando el paso para ver quién se acercaba y tomar prontamente providencia. Era la tarde, estaba oscureciendo y un gran viento soplaba del Este arrastrando grandes nubes negras y pesadas, que amenazaban tormenta. Quien a esas horas y con ese tiempo llegara a la estancia, indudablemente llevaría ánimo de pernoctar, cosa que Bentos Sagrera no permitía sino a determinadas personas de su íntima relación. Por eso se apuraba, a fin de llegar a los galpones antes de que el forastero hubiera aflojado la cincha a su caballo, disponiéndose a desensillar. Su estancia no era posada, ¡canejo! —lo había dicho muchas veces; y el que llegase, que se fuera y buscase fonda, o durmiera en el campo, ¡que al fin y al cabo dormían en el campo animales suyos de más valor que la mayoría de

El vaso de leche

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El vaso de leche Manuel Rojas AFIRMADO en la barandilla de estribor, el marinero parecía esperar a alguien. Tenía en la mano izquierda un envoltorio de papel blanco, manchado de grasa en varias partes. Con la otra mano atendía la pipa. ...   Entre unos vagones apareció un joven delgado; se detuvo un instante, miró hacia el mar y avanzó después, caminando por la orilla del muelle con las manos en los bolsillos, distraído o pensando. ...   Cuando pasó frente al barco, el marinero le gritó en inglés: ...   -I say; look here! (¡Oiga, mire!) ...   El joven levantó la cabeza, y, sin detenerse, contestó en el mismo idioma: ...   - Hallo! What? (¡Hola! ¿Qué?) ...   -Are you hungry? (¿Tiene hambre?) ...   Hubo un breve silencio, durante el cual el joven pareció reflexionar y hasta dio un paso más corto que los demás, como para detenerse; pero al fin dijo, mientras dirigía al marinero una sonrisa triste: ...   -No, I am not hungry. Thank you, sailor. (No, no tengo hambre. Muchas

“Importa, para que los individuos tengan la capacidad de juzgar y opinar por sí mismos, que lean por su cuenta”. Harold Bloom

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¿Hola!  ¡Bienvenidos al Blog de Lectura!!! ! "Gotta keep reading! ¡Sigamos leyendo, Escuela "Genaro Guzmán Mayer" ...Y nuestro primer libro leído en este mes: "Un mexicano más" de Juan Sánchez Andraka. Juan Sánchez Andraka en su libro "Un Mexicano más" nos presenta claramente las graves contradicciones de nuestra vida familiar, social y política. Antonio Mendoza, el personaje central, es un estudiante de secundaria de provincia, cuya formación se va estructurando con base en esas contradicciones y, por lo tanto, llega en sus aspiraciones, a identificarse con los millones de mexicanos cuya meta única y definitiva es la adquisición del dinero. La despreocupación de los padres, los maestros sin vocación de maestros, los falsos redentores, del pueblo, y la carencia de, en el hogar y en la escuela, de orientación sexual adecuada aparecen como culpables de esta producción de mediocres. Fragmento:Un Mexicano Más  ...Mi mamá dice que debo amar