Los niños héroes
En el castillo de Chapultepec existía hasta hace poco tiempo el Colegio Militar. A él ingresaban
jóvenes que deseaban ser militares y como eran muchos estudios que les
obligaban a hacer, permanecían en el colegio siete años. Así es que debían
entrar muy jovencitos, de 12 a 13 años, cuando casi eran unos niños. No crean
ustedes que entraban y salían, como sucede en la mayor parte de las escuelas;
no, esos niñitos, dejaban su hogar, las caricias de sus padres, los juegos con sus
hermanos, para ir a encerrarse en el Castillo y sólo salían los domingos que
consagraban a sus familias.
Por supuesto que pronto se acostumbraron a esa nueva vida; tenían
hermanos con quienes jugar, el cariño de sus profesores, un hermoso bosque
donde corrían alegres diariamente y que
contemplaban con orgullo, con cariño, como si sus hermosos ahuehuetes
constituyeran el nuevo hogar en que vivían; pero había algo más querido para ellos entre todo eso: la
bandera de nuestra patria.
Cuando entraban al Colegio, era lo primero que veían y
diariamente juraban ante ella, velar por la patria que representaba.
Pues bien, un día al salir de sus clases para entregarse al
recreo, a sus juegos favoritos que eran las canicas, el trompo, el burro todos
los juegos a los que ustedes son afectos (todos los juegos de los niños de esa
época) les llegó la noticia de que los
soldados de otra nación habían entrado a México y pronto llegarían a
Chapultepec. Dejaron los niños sus juegos y todos volvieron la cara
instintivamente, como movidos por un resorte, hacia el lugar en donde estaba la
bandera. ¿Se atreverían a arrebatársela?? …Y ellos,
los guardianes de ese símbolo
sagrado ¿Permitirían tamaño ultraje?? ¡No, mil veces no!
Les dijeron que los soldados que venían, eran muchísimos, con
buena artillería, caballos, etc., pero ellos no se atemorizaron y tomando las
armas, con las cuales apenas podían, ocuparon el sitio que su jefe les designó,
resueltos a esperar el ataque del invasor. Permanecieron así toda la noche, y
en la madrugada del día siguiente, el centinela que estaba en la puerta del
Castillo, niño de 13 años llamado Agustín Melgar, dio la voz de ¡Alto allí! ¿Quién
vive?, a un grupo de soldados que avanzaban por la rampa del bosque. No obtuvo
contestación y volvió a gritar: ¿Quién vive?, al ver el grupo aquel
que apenas se distinguía en la obscuridad, avanzaba, avanzaba … El tercer ¿Quién
vive?, lo dio haciendo fuego sobre
ellos, fuego que contestaron los soldados extranjeros. Hizo fuego otra, y otra
vez, ya disparaba su último cartucho,
cuando una bala lo hirió en la frente matándolo en el acto. Cayó el niño en el
momento en que el invasor llegaba al castillo y el jefe de ellos, al ver al
niño, se arrodilló y descubriéndose respetuosamente, le dio un beso en la
frente, exclamando sorprendido: ¡era una criatura Y no bien acababa de
exclamar esas palabras, cuando otros niños, criaturas aún como aquella, les salieron al encuentro,
disputándoles el paso .
¡Nada hay comparable con aquel hecho sublime; ejemplo único en
la historia del mundo, que México con orgullo ostenta!
Vimos a esos niños defender heroicamente a su patria, a su
escuela, dando la vida ellos.
¿Y la bandera? ¡Salvada Uno de ellos, al ver que todo se
perdía, la arrancó del sitio en que se encontraba y envolviéndose en ella, se
arrojó desde uno de los muros más altos del Castillo, al bosque, para que los
extranjeros no la mancillaran.
Los ahuehuetes, los árboles consentidos de aquellos niños
inclinaron su cabeza, haciendo impenetrable el lugar en que cayó aquel niño con
la bendita enseña nacional.
Desde entonces al
llegar esta fecha inolvidable, 13 de septiembre, es luto nacional, en honor de los llamados
Niños Héroes, que murieron defendiendo la fortaleza del Castillo de Chapultepec
y la Soberanía Nacional pasando a la inmortalidad por su heroísmo, ante la
invasión estadounidense comandada por el Gral. John Anthony Quitman, aquel 13
de septiembre de 1847, de ello habrán de cumplirse 166 años. En todos los
confines de la República al pasar lista se dice: “ Murió
por la patria!!”
A continuación se realizará el pase de lista de los cadetes
caídos en la defensa de la Patria.
Cadete Juan de la
Barrera, murió por la Patria;
Cadete Juan Escutia,
murió por la Patria;
Cadete Francisco Márquez, murió por la Patria;
Cadete Agustín
Melgar, murió por la Patria;
Cadete Fernando
Montes de Oca, murió por la Patria;
Cadete Vicente Suárez,
murió por la Patria.
Ahora, procederemos a guardar un minuto de silencio en la
memoria de estos héroes. (Banda de guerra)
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